¡El amor de Dios hacia mí en la iglesia!

En la iglesia he sido cuidado con ternura por medio de ser criado con amor y abrigado con cuidado tierno. Desde que legué a ella he sentido cómo a través de cada miembro de su cuerpo he sido amado de una manera tan dulce. De veras me siento en familia.

He sido suavizado externamente con calor tierno lo cual ha hecho que tenga por dentro un descanso dulce y confortable. Este es el mejor lugar.

La vida de la iglesia es un disfrute para mí, el gozo que hayo en ella es inigualable e incalculable. Creo que es el lugar más placentero del universo, pues es, Dios mismo entre nosotros.

Agradezco a Dios por todo el suministro y amor que ha mostrado para conmigo por medio de los miembros de su cuerpo.